La intuición en los negocios
- Paúl López Salazar - Administrador Norte
- 23 abr 2016
- 5 Min. de lectura

En este mundo cada vez más vertiginoso, competitivo y de empresas que se van del mercado de la noche a la mañana, dominada por un enfoque mecanicista y de una perspectiva basada en la lógica y la razón, será consciente arriesgarnos a tomar decisiones o implementar ideas basado en la intuición. Es muy comentado que los directivos y dueños de empresas recurren a métodos alternativos en el proceso gerencial de toma de decisiones, pero ¿realmente nos podemos fiar de nuestras emociones? El presente ensayo busca demostrar la validez de mejorar esta habilidad para comprender algo sin necesidad de la razón en los negocios y que tanto podemos dejarnos guiar por la misma en el proceso gerencial de toma de decisiones. Para explicar mejor este tema que desafía toda descripción empezaremos por definir la intuición y su dualidad, la razón. Para luego pasar a hablar de la intuición en los negocios. Por consiguiente pasaremos a hablar del nivel de confianza y de la prudencia que debemos tener en cuenta, hablando de que depende que las personas se dejen llevar más por la intuición que la razón.
Durante miles de años nuestra raza aprendió cognoscitivamente y por medio de la intuición. La intuición que es una emoción contraria a la razón como en la dualidades a las que ya estamos acostumbrados como son el día y la noche, negro y blanco, o frio y caliente para citar algunos ejemplos. Simon (1972) expone el concepto de racionalidad limitada, según el cual, la capacidad de las personas de procesar de manera consciente la información es limitada y por lo tanto resulta imposible tener en cuenta la totalidad de la información relevante disponible para la elaboración de un juicio o la toma de una decisión, por esta razón, es necesario considerar otros elementos que ayudan a la persona en dichos procesos. La teoría del procesamiento dual como nos indica Gonzales (2012) postula que el pensamiento de los seres humanos se apoya en dos sistemas: uno inconsciente (identificado con las intuiciones) y otro deliberativo (identificado con el pensamiento racional). Para unos como Hill es el sexto sentido o “aparato receptor”, a traves del cual las ideas, los planes y los pensamientos surgen en la mente.
La intuición en los negocios para Regent (2012) en el mundo de la empresa es posible distinguir a los directivos que se apoyan en su intuición de aquellos otros que se basan en metodologías formales. Los primeros suelen hacerse notar debido a que toman decisiones sin entretenerse demasiado en análisis de ningún tipo. Son los que la “tienen clara”. Los “que la ven”. Los segundos se destacan por tomarse su tiempo para recabar información y pedir análisis que sustenten sus procesos decisorios. No acostumbran decidir antes de ejecutar una serie de pasos que les asegura que no han dejado nada por el camino. Según Gonzales (2012) la complejidad del mundo que enfrentan los gerentes requiere la aplicación de todas sus facultades mentales, tanto la racionalidad como la intuición. La intuición es capaz de hallar soluciones creativas, pero también se deja llevar por historias bellas y coherentes (aunque no sean ciertas), atajos fáciles o miedos irracionales. Es imperativo para el gerente desarrollar su intuición, pero vigilada por un pensamiento crítico que distinga cuándo puede confiarse en ella y cuándo no. En la investigación de Burke y Millar (1999) según un especialista señala que la intuición es útil cuando las decisiones se toman con un importante grado de incertidumbre, falta de antecedentes para la acción, variables menos predecibles científicamente, datos limitados y presión para llegar a la decisión correcta. En una encuesta entre gerentes, el 47 por ciento señaló que apelaba con frecuencia a la intuición; 30 por ciento, a veces; 12 por ciento, siempre; 7 por ciento, pocas veces; y 3 por ciento, raramente.
La confianza en la intuición es parte de nuestro día a día y empezando por lo personal es algo que conocemos muy bien por nosotros mismos, por nuestra experiencia cotidiana, para citar al filósofo prusiano Immanuel Kant “Todo conocimiento humano comienza con una intuición, pasa a concepto y termina en idea”. Según M.H. Bazerman y D. Malhotra (2006) Muchos negociadores creen que son capaces de distinguir entre las situaciones en las que se puede confiar en la intuición y aquellas en las que, por el contrario, se exige un pensamiento más profundo. Pero con frecuencia están equivocados. La mayoría de nosotros confiamos en nuestra intuición más de lo que la realidad aconseja. Para Bonabeau (2003) La confianza en la intuición es comprensible. Ante la confusión terrenal la gente pone su fe en fuerzas místicas. Esto es peligroso. La intuición tiene su lugar en la toma de decisiones no se debe ignorar el instinto así como no se ignora la conciencia pero quien piense que puede reemplazar la razón se arriesga a engañarse. Alejada de un análisis riguroso, la intuición es una guía insegura e inestable: puede llevar tanto al éxito como al fracaso. Si bien hay quienes sostienen que es aún más valiosa en medios muy complejos y cambiantes, lo opuesto es lo correcto.
Quiero concluir citando a Stauffer que resume de la siguiente manera el presente ensayo: “Desestima la intuición y correrás un riesgo; síguela ciegamente y también lo correrás”. Esta útil frase y además de ingeniosa nos ayuda a finiquitar la idea que la intuición es fundamental para la vida y para la gerencia, en el proceso de toma de decisiones es muy valiosa, y no podemos dejarla pasar por alto. Nuestro inconsciente es mucho más poderoso que cualquier maquina o lógica creada o pensada por el hombre. Para asegurarnos de nuestra decisión debemos tener en cuenta siempre poniéndola a evaluación de un poco de lógica, e ir buscando formas de afinarla con el tiempo, ya que sin duda, la persona que logre dominar la intuición podrá hacer cosas en menos de la mitad del tiempo que lo hacen otros, cuando por ejemplo pierden tiempo consecuentemente cuando someten a evaluación todo un abanico de alternativas. Para concluir en una que quizás y a fin de cuentas que esta via no sea la más acertada, pero que sin dudas es una habilidad del gerente ira desarrollando mientras más suba en nivel de jerarquía y experiencia e interacción, más uso del instinto en los negocios desarrollara.
Referencias
Descartes, R. (1966). Discurso del Método. Buenos Aires. Losada S.A. Cuarta Edición
D. Stauffer (1997) Harvard Management Update. 29 de junio.
Debates IESA, 12(1), 6-8.
E. Bonabeau (2003) «Don’t trust your gut». Harvard Business Review, mayo.
González, M. (2012). LA INTUICIÓN Y el pensamiento gerencial. Debates IESA, 17(1), 17-23.
Hill, Napoleon (1985): “think and Grow Rich”. USA, traducido de la edicion de Fawcett Crest Edition
M.H. Bazerman y D. Malhotra (2006): «When not to trust your gut». HBSWorking Knowledge. Harvard Business School. 31 de julio de 2006.
L.A. Burke y M.K. Millar (1999): «Taking the mistery out of intuitive decision making», The Academy of Management Executive.
Regent, P. (2012). Dirigir: ¿Intuición o método? IEEM Revista De Negocios, 34-41.
Simon, H. A. (1972). El comportamiento administrativo. Estudio de los procesos de adopción de decisiones en la organización administrativa. Madrid, España: Ediciones Aguilar.
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